Entre las ruinas del Hotel Internacional, fundado en 1820, se alza hoy una instalación encantadora por sus valores arquitectónicos. En el año 1898 dejó de brindar sus servicios como hotel para convertirse en el Estado Mayor del ejército norteamericano de ocupación. La Ruina lo conquista con la excelencia de sus platos típicos marineros y ofertas de cafetería con comidas ligeras, bar y sala de fiestas. Dispone de una cava con una amplia variedad de vinos de diferentes bodegas.